Subvenciones, espacios públicos y derecho a la información

Asegurarse el voto, a base de subvenciones indirectas con la adjudicación de espacios públicos es algo habitual en elecciones, negando el derecho a la información al ciudadano y dificultando que éste ejerza el voto de forma responsable.

En las pasadas Elecciones Generales, como suele ser habitual, Escaños en Blanco envió un comunicado a las juntas electorales provinciales y central en defensa del derecho a la información del ciudadano en los procesos electorales.

Escaños en Blanco defiende que la difusión pública de las distintas iniciativas políticas en un proceso electoral, debería basarse en el derecho a la información del ciudadano para que éste pueda ejercer su derecho al voto de forma responsable.

Esto supondría la neutralidad real de los entes públicos y cumplir con el mandato de pluralidad política que dicta nuestra Constitución, premisas que actualmente no existen.

Como era de esperar, las Juntas Electorales desestimaron nuevamente la petición, haciendo referencia a los artículos 56.2 y 61 de la LOREG que establecen que este reparto será proporcional al voto recibido en las elecciones anteriores.

Estos artículos son claramente contrarios a los 9.2 y 51.2 de la Constitución Española y al deber moral de la administración de informar al ciudadano para realizar un correcto uso de su derecho al voto.

La justicia está de más. Yo legislo, yo gano.

Esta situación es algo muy común en la legislación española. Se aprueban normas que a veces pasan por alto nuestra Constitución en un acto que podría considerarse prevaricación, ya que son los propios partidos los que dictan y votan la aprobación de medidas que les dará ventaja respecto al resto.

¿Hasta qué punto unas elecciones con información sesgada no son elecciones manipuladas?,

Muy pocos partidos estuvieron a favor de esta iniciativa de Escaños en Blanco, que tiene como único propósito defender los derechos civiles del ciudadano. ¿Cómo podemos votar correctamente si no sabemos qué ofrece cada partido?, ¿Hasta qué punto unas elecciones con información sesgada no son elecciones manipuladas?, ¿Qué derecho tiene el Estado a dirigir el voto hacia unas u otras formaciones políticas?.

Silenciar iniciativas locales y nuevas propuestas políticas.

En el reparto de espacios públicos que regula la LOREG, toda iniciativa política que no se presente en “más del 75 por 100 de las circunscripciones comprendidas en el ámbito de difusión” (artículo 64.2) NO obtendrá difusión pública.

Es decir, es prácticamente imposible que una iniciativa que NO tenga un gran apoyo económico y estructural detrás, alcance la difusión en medios a nivel nacional, lo que supone que sólo podrá ser conocida por sus propios medios.

Por otro lado, iniciativas provinciales o locales no obtendrán difusión ni en las televisiones autonómicas al no alcanzar ese 75% de su propia comunidad, excepto en comunidades uniprovinciales como Asturias, Cantabria, Madrid o Murcia.

… solo queda tomarnos el reparto de espacios televisivos como lo que realmente es: una subvención pública a los partidos más votados para favorecer que lo sigan siendo

Estas circunstancias hacen que prácticamente la totalidad de la difusión corresponda a partidos que ya tienen representación, anulando la posibilidad de conocer cualquier nueva iniciativa por parte del ciudadano.

Toda una declaración de intenciones de eliminación de competencia que denigra el acto constructivo y democrático del voto convirtiéndolo en una simple carrera empresarial hacia el poder.

Una subvención pública para que los partidos más votados lo sigan siendo.

Ya que la Ley Electoral suprime cualquier vocación de servicio de público de RTVE y se salta la premisa de pluralidad política que marca la Constitución, sólo queda tomarnos el reparto de espacios televisivos como lo que realmente es: una subvención pública a los partidos más votados para favorecer que lo sigan siendo.

Dejando atrás ciertos “patrocinios culturales” que se cuelan en cadenas públicas que por ley no pueden emitir publicidad,  debido a su audiencia se podría realizar una estimación media del valor del spot televisivo de 20 segundos en RTVE de 3.000€ y otros 1.000 para las cuñas de radio.

El ente público realizó una subvención aproximada de 2.550.000€ a 12 partidos políticos

Bajo estos valores y con el cálculo de reparto de minutos que la propia RTVE distribuyó, las pasadas elecciones generales el ente público realizó una subvención aproximada de 2.550.000€ a 12 partidos políticos de los 59 presentados, siendo de 540.000€ la subvención a cada uno de los partidos mayoritarios y relegando al olvido a los 47 restantes.

Tabla de estimación de subvenciones a partidos políticos en espacios publicitarios de RTVE

Tabla de estimación de subvenciones a partidos políticos en espacios publicitarios de RTVE. Elecciones Generales 2023.

Esto sólo en lo que a RTVE concierne. Al cálculo habría que sumarle lo adjudicado en las televisiones autonómicas como TV3, Aragón Televisión, TVG, Canal Sur o ETB.

 

Derecho a la información

«Si es que no os anunciáis!» por Enrique

Exactamente el mismo agravio sucede con los espacios de publicidad exterior reservados para la propaganda electoral. Aunque estos no tengan coste para el ciudadano, es innegable la sugestión para direccionar el voto en unos tablones donde, son numerosos los otorgados a los grandes partidos, mientras el resto se tienen que pelear en un solo tablón.

Subvenciones a partidos vs derecho a la información

Más allá de la sostenibilidad del sistema de partidos marcada por la Constitución, que toma forma tanto en sueldos y dietas como en la adjudicación de presupuesto a los grupos parlamentarios, la ley, a través de los medios públicos, debería centrarse en el derecho a la información del ciudadano en el proceso electoral.

Debería ser el Estado el que ofreciera a las distintas iniciativas igual espacio y de igual peso en los distintos medios de RTVE

Debería ser el Estado el que ofreciera a las distintas iniciativas igual espacio y de igual peso en los distintos medios de RTVE, también a opciones de participación como el voto en blanco, el nulo o la abstención.

Consecuencia de esta deriva es que hoy en día siga habiendo ciudadanos que erróneamente creen, que ‘votar en blanco es meter una hoja en blanco en un sobre’ o que ‘con un 60% de abstención se repiten elecciones’… entre otras leyendas urbanas muy lejanas de la realidad.

Estas creencias son también el resultado de una deliberada omisión de funciones por parte del Estado para evitar que la opinión de estos ciudadanos sea considerada.

El resultado de la desinformación.

Así, año tras año, se va sesgando el carácter crítico de las elecciones convirtiendo, lo que antiguamente era una elección de programa y una respuesta ante su posible no cumplimiento, en algo puramente visceral, irracional.

Ante la falta de discurso constructivo, elección tras elección, la publicidad se va haciendo cada vez más necesaria, pasando a ser los partidos un producto de consumo más y no una forma de dirigir el país.

No obstante, distintos estudios marcan que la presencia continuada en televisión multiplica por 10 la ‘atracción de ventas del producto’, y los partidos actuales no dejan de ser eso: un producto de consumo y ¿Quién quiere dejar de ser el protagonista y cambiar las leyes que le benefician?.

Con todo este chiringuito montado, parece obvio que si eres una persona que por distintas motivaciones no te ves representada en las candidaturas delos principales partidos, el Estado hará todo lo posible para corregir tu elección, volviendo, según ellos, a ‘la dirección correcta’.

Escaños en Blanco no es ni el primero ni el único que denuncia esta serie de legalidades anticonstitucionales, pero creemos que es nuestra obligación, con la presentación de estos escritos elección tras elección, recordar al Estado de vez en cuando que todavía existen leyes que no son ni justas, ni respetuosas con los derechos del ciudadano.

Subvenciones a partidos vs derecho a la información

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La partitocracia es un sistema muy sencillo que consiste en lo siguiente:
Primero, se finge que los políticos actúan por el bien de la ciudadanía, y se vota; luego, durante 4 años hacen lo que les parezca; al fin, se vuelve a fingir, otra vez se vota, y así indefinidamente.
Sencillo, ¿verdad?