El Parlamento de Andalucía censura a Escaños en Blanco.

Obligados a quitarse las camisetas para acceder al Parlamento de Andalucía.

Cuando nuestros representantes acudieron al Parlamento de Andalucía a entregar su propuesta de modificación de la Ley Electoral Andaluza, no podían imaginar el ejercicio de censura al que iban a ser sometidos.

Acudieron a la cita vestidos con camisetas donde aparecía el anagrama de Escaños en Blanco, un partido legal y escrupulosamente democrático, y el eslogan de “Políticos al paro”, con el que este partido sale cada día a las calles.

Se les impidió la entrada al recinto con estas camisetas, así como hacer videos y fotos del acto. En un claro ejemplo de censura más propia de otros tiempos.

A pesar de que Escaños en Blanco había solicitado electrónicamente que indicaran un lugar para realizar fotos del acto, solicitud a la que el Parlamento se comprometió por e-mail a contestar, cosa que finalmente no hizo.

El acto que no era más que la entrega de un escrito en el Registro del Parlamento, en un edificio anexo al Parlamento, en una habitación con mostrador y un funcionario detrás de éste, se realizó sin fotos y tras cambiarse la camiseta, viéndose así silenciado gráficamente.

Se les impidió la entrada al recinto con estas camisetas, así como hacer videos y fotos del acto

Censura dependiendo del lugar

Es la cuarta vez que Escaños en Blanco hace entrega de esta petición en Parlamentos Autonómicos (antes lo hicimos hizo en Asturias, Cataluña y País Vasco) y nuestros militantes nunca se habían visto sometidos a estas inauditas prohibiciones, ni a esta -en nuestra opinión- extraña regulación de derechos individuales. Por eso no podemos tener fotos del acto en Andalucía, como las del acto de entrega en el Parlamento de Cataluña o Asturias, que se realizaron con total normalidad democrática.

Hay que recordar que la Constitución consagra el derecho a la propia imagen como medio de evitar injerencias no deseadas y de preservar nuestra imagen pública, así como el derecho a la libertad de información, íntimamente ligado con el derecho a la libertad de expresión

En Escaños en Blanco no entendemos que lo que es legal en Cataluña, Asturias o el País Vasco, no lo sea en Andalucía, máxime cuando afecta a derechos fundamentales. Tampoco entendemos que una leyenda en una camiseta de un partido legal, sea considerada un elemento infractor.

Hay que recordar que Escaños en Blanco solo pretendía hacer entrega de un escrito en Registro, un acto administrativo totalmente respetuoso con las instituciones, e informar adecuadamente de ello a sus votantes y colaboradores, En ningún caso se trataba de asistir a un pleno, ni de interferir la labor parlamentaria, ni con voces, ni con gestos, ni con cualquier otra herramienta reivindicativa, en cuyo caso sería comprensible la prohibición, no ya de portar camisetas, sino de acceder al Parlamento.

Escaños en Blanco en el Parlamento Andaluz

Diversos medios se hacen eco del incidente – Europa Press

Estas actuaciones nos reafirman en nuestras convicciones y en la denuncia una vez mas de los privilegios de una clase política que prohíbe a los ciudadanos lo que ellos mismos practican. No es la primera vez que vemos a diputados de distintos grupos acudir al pleno del parlamento con camisetas reivindicativas cuando les parece oportuno o rentable electoralmente, y aquí no pasa nada

Denunciamos públicamente estos hechos y apelamos al sentido común de los diputados que forman el Parlamento Andaluz para que extremen el celo en la armonización del ejercicio de los derechos ciudadanos y la adecuada regulación de la actividad del Parlamento. Hechos como este no deben volver a producirse. El parlamento es la sede del pueblo, los parlamentarios sus servidores públicos.

No se puede entender, sino desde la interpretación torticera de las normas, las restricciones a nuestra actividad, a nuestras fotos y al uso de nuestras camisetas.

Censura Parlamento Andaluz

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La partitocracia es un sistema muy sencillo que consiste en lo siguiente:
Primero, se finge que los políticos actúan por el bien de la ciudadanía, y se vota; luego, durante 4 años hacen lo que les parezca; al fin, se vuelve a fingir, otra vez se vota, y así indefinidamente.
Sencillo, ¿verdad?