Nuestro sistema electoral está configurado de tal forma que entre el 30-55% de la población con derecho a voto nunca obtendrán representación.
Pero el camino para posibilitar la representación parlamentaria a este sector del electorado en forma de escaños vacíos hace ya tiempo que se recorre en toda Europa.
En concreto, en España, hace más de 10 años que otros partidos o movimientos, reivindican esta mejora que se puede enlazar perfectamente con otras grandes reivindicaciones de la democracia como ha sido sufragio universal, ya que, aunque si toda la población tiene derecho a voto, no todos los votos poseen actualmente el mismo valor.
Escaños en blanco se fundó en Cataluña en 2010 y en dicho proceso se optó por la concreción, es decir, por reivindicar el cambio de ley electoral para que contemple un tipo de voto que tenga representación en forma de escaño vacío. Mientras esta reforma no sea llevada a cabo, el partido Escaños en Blanco la hace práctica transformando los votos que recibe en escaños vacíos, pudiendo convertirse en la herramienta más importante para regenerar la democracia y protegerla de los vicios que se han puesto de manifiesto durante estos decenios.
Porque lo que defiende y lleva a cabo Escaños en Blanco es una aspiración universal que no entiende de fronteras. La ley electoral debe respetar el derecho de los ciudadanos a no elegir entre las opciones que se les ofrece y al mismo tiempo no ser excluidos de la democracia.
Con la idea de recoger este derecho nace Escaños en Blanco, y se ofrece a la ciudadanía para que pueda mostrar su disconformidad con un voto útil y válido que cuente en el reparto de escaños dentro de los parlamentos.