UPyD ha usado recientemente su página web coruñesa para promover un artículo que reflexiona acerca de las consecuencias del voto en blanco. En dicho artículo se mezclaba el voto en blanco con el partido Escaños en Blanco y también con el nacionalismo vasco, el español y con ETA.
Por una parte se afirma que la propuesta de Escaños en Blanco consistía en “la no propuesta, la ausencia, la anarquía”, además de afirmar que esto es lo que proponemos “para arreglar los problemas”. Nada más lejos de la realidad. Escaños en Blanco no se presenta a las elecciones con un programa político tradicional. Escaños en Blanco se presenta a las elecciones para garantizar que a aquellas personas que no se sientan representadas por ningún partido político no se les robe la voz, ya que con la actual Ley Electoral, aunque no estés de acuerdo con ningún partido político todos los escaños estarán ocupados y figurará oficialmente que todos estamos de acuerdo con los partidos. En ningún caso se propone la anarquía y en ningún escenario electoral posible se daría como resultado la anarquía. Escaños en Blanco confía plenamente en la democracia. Y es porque confiamos plenamente en la democracia por lo que creemos que todos aquellos que no se sienten representados por ningún partido político tienen que poder elegir libremente y democráticamente, si así lo desean, un escaño vacío, para impedir que aquellos políticos con los que no estamos de acuerdo decidan por uno mismo. ¿Qué alternativa tiene sino una persona como la que describimos: votar a un partido en el que no cree; el voto en blanco, nulo o la abstención para permitir que se apropien de todos los escaños y en consecuencia también de nuestra soberanía? El escaño vacío impide que se voten las propuestas de partidos en los que no se cree al tiempo que se reclama un cambio de rumbo.
Por otra parte tergiversan la realidad del voto en blanco, afirmando que dificulta obtener mayorías absolutas al partido vencedor. El voto en blanco no tiene este efecto, sino que impide que en situaciones en las que solo se presenta un partido que no goza del popular, aquellas en las que el partido no llega ni siquiera al 5% del apoyo electoral, forme un gobierno; además de dificultar que los partidos minoritarios logren escaño.
Finalmente, la formación que dirige Rosa Díez presenta el caso de Aduna, donde el PP no logró formar gobierno por no sobrepasar el umbral mínimo de votos y el caso de Garínoain, donde el partido Derecha Navarra y Española (DNE) gobierna contra la voluntad popular, pues consiguió superar dicho umbral por muy estrecho margen.
El artículo concluye con un considerable desprecio hacia los vecinos de unos municipios que trataron de decir libre y democráticamente lo que pensaban (“No es que me importen un pimiento los vecinitos proetarras de Aduna y Garínoain. Ellos se lo han buscado y todo lo que les pase es poco”) y manipulando nuevamente las intenciones de Escaños en Blanco.
En Escaños en Blanco creemos que ningún partido político puede tratar de imponer una opción ni coaccionar u obligar a sentirse representado a todos aquellos que no se sienten representados por ningún partido político y que no quieren que sus votos vayan a parar a escaños ocupados por políticos en los que no creen.
Desde Escaños en Blanco reivindicamos el derecho de todas las formaciones políticas de intentar convencer a los ciudadanos que su opción es la correcta o la más apropiada, pero denunciamos que esto se haga manipulando y tergiversando las consecuencias de otras opciones y tratando de instalar el miedo y el pánico entre los ciudadanos.
Los ciudadanos deben tener el derecho de exigir mejores políticos y mejores formas de hacer política a través de la presión democrática. La estadística de la abstención no exige nada de manera explícita y consecuente, el escaño vacío sí.
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